(Myiopsitta monachus)

Infaltable. Inconfundible. Invocada su anatomía genital en uno de los improperios más “gruesos”. Indeseada con frecuencia. Increpada casi con odio cuando visita en grupo un árbol frutal que les ofrece su casi madura producción. Construye grandes nidos coloniales revestidos con las ramitas más espinosas del bosque autóctono, que corta y transporta con su pico… ¡y que se les caen a menudo y causan más de una pinchadura de bici! Bullangueras todo el año, su ruidosa presencia se potencia en primavera cuando se aprestan para empollar y criar. Los pichones están en diciembre, y las rapaces –halcones y caranchos- alborotan la colonia cuando se acercan tratando de robar alguno.