(Milvago chimango)
Un clásico en todo el país. Y también sobrevolando los patios de Rumipal, atento a alguna bolsa de residuos de la cual sacar provecho. Basta con suspender de alguna rama un trozo de grasa o de carne para que sin que uno se explique cómo lo hace, un chimango seguramente detectará el cebo y buscará como hacerse con él. En ciertas ocasiones los chimangos se vuelven vocingleros y sus “chillidos” –porque no se les puede decir ni voces- llenan el aire.