(Drymornis bridgesii)

Un pico enorme y curvado delata a este invitado permanente. Con paso muy orondo, casi señorial, despliega toda su habilidad para hallar insectos y otros invertebrados en el suelo del patio. Introducirá su pico en bocas de hormiguero, revolverá hojarasca o trepará por los troncos revisando cortezas y así se verá con frecuencia que atrapa su presa en cualquiera de esos lugares. Se anuncia con estentóreo grito multisilábico y no es raro que críe en las cercanías y visite el patio en compañía de su descendencia.