(Chlorostilbon lucidus)
Llegará atraído por una u otra flor que aparezca poniendo color en el patio. Madreselvas y otras enredaderas son sus preferidas pero también sacará bichitos de galerías, aleros y ventanas. Es común su presencia y a pesar de su incesante y errático vuelo, no extraña verlo posado como haciendo una pausa en un árbol o en el hilo de un alambre. Con un poco de suerte se encuentra a veces la diminuta tacita que conforma su nido, donde se aprietan dos pichones, colgando de una rama baja.